Entre el cielo y la tierra

A finales de 2016 decidí recurrir a la reproducción asistida para ser mamá.

Por aquel entonces pensaba que con el tratamiento que me pautarían en la clínica me quedaría embarazada fácilmente, desconocía que las tasa media de media de partos tras una fecundación in Vitro es aproximadamente de 1 de cada 5 parejas sometidas a tratamientos según el registro de 2017 de la SEF (Sociedad española de fertilidad)

Es decir, 4 de cada 5 no lo consigue en cada intento de FIV.

Yo formaría parte de este grupo de personas que acumulan intentos fallidos por 3 largos años. Durante ese tiempo, sobreviví a 2 Inseminaciones artificiales, 2 fecundaciones in vitro con 3 transferencias embrionarias, un aborto bioquímico y una cirugía para extirpar unos miomas en mi útero que dificultaban los tratamientos (no el embarazo).

Finalmente mi primer positivo llegaría en abril de 2019, mi niño, Joan estaba en camino.
Sin embargo dos días antes de cumplir las 20 semanas me puse de parto de manera inexplicable (aún hoy desconozco la causa). No se pudo frenar y mi bebé murió pues era demasiado prematuro para sobrevivir fuera de mi.

No puedo describir con palabras el inmenso dolor que sentí aquel 25 de julio. Sin duda alguna perder a mi bebé ha sido la peor experiencia de mi vida.

Con el paso del tiempo aprendí a convivir con ese dolor pero la idea de un nuevo embarazo aún me aterraba. No obstante, a pesar de los miedos a volver a perder otro bebé,  mi deseo de ser mamá seguía intacto así que volví a intentarlo y un 16 de julio de 2020 llegó Jordi, mi bebe arcoiris.

Ahora en este blog comparto mis experiencia personal durante estos años de tratatamientos y muerte de mi primer bebé en los que he tenido que trabajar mucho en mi  proceso de duelo y aceptación. No soy terapeuta ni psicóloga pero espero que mi testimonio pueda ayudarte en tu camino.